viernes, 2 de enero de 2009

Cuando el tiempo se detuvo

-¿Si te doy un beso te alcanza hasta morir? -le susurró ella al oído mientras él paseaba sus labios por su rostro, el mas bello que jamás había besado y que jamás pensaba en dejar de hacerlo.
Al fin sus labios se tocaron y el tiempo de detuvo. Tanto días soñando ese momento que cuando llegó, él pensó que moriría de la catarsis que sus labios comenzaban a desatar. Abrió los ojos y la vio para saber que no estaba soñando, estaba ahí frente a él, con sus ojos cerrados y su mano encaminándose a la mejilla que aquella noche no se había afeitado.
Y ella volvió a soltar la pregunta: ¿este beso te alcanza hasta morir?
Él la miró con desconcierto, ella viendo la duda en su rostro le dijo -porque es el primero y el único que te doy.
Y la siguió besando antes de que la oscuridad comenzara a evanescer y ella diera la última estocada con un "no".
-Mira las estrellas, son muchas y son para ti -pronunciaron los hermosos labios de ella, mientras él asimilaba el frío acero de sus palabras incrustadas en el corazón.
Sin embargo él sabía que aquellas estrellas que brillaban con tanto fulgor en el firmamento no eran para él, porque fue la última vez que las vio brillar más que sus ojos y comenzó a besarla otra vez con la certeza de que no le alcanzaría ese beso hasta morir, aunque estuviera ya muerto por dentro.