domingo, 9 de octubre de 2011

Foto-reportaje de quema de marihuana

Interrumpí el trago de mi cerveza porque mi celular vibró, era casi media noche y me saboreaba el despertarme tarde el domingo, supuesto día de descanso de mi trabajo, sin embargo ese celular, con su pantalla prendida me anunciaba que no sería así, me indicaban que me tendría que poner a trabajar el domingo desde temprano. La encomienda, asistir junto con personal de la SEDENA a una quema de una plantación de marihuana casi en las inmediaciones del estado de Jalisco.
Sabedor de la puntualidad del ejército, muy temprano estaba listo, sólo dormí unas tres horas y bebí poca cerveza. Cuando me dijeron que me iría en el camión con ellos creí que era broma, sin embargo, ya llegada la hora de la salida comprobé que no era así, siempre había querido viajar en un mercedes benz, pero no me refería a estos, sin embargo la experiencia pintaba bien.
Y así fue, salvo las casi cuatro horas de viaje sentados ahi, soportando el frío de la alborada, el aire en la cara mientras los soldados se reían de nosotros porque no íbamos abrigados ni con el rostro cubierto como ellos.
Nuca desapareció el miedo, o quizá los nervios que provocan la paranoia, de pensar que un dado caso el convoy fuera atacado, afortunadamente no fue así, pensé, con un poco de sorna, que posiblemente hicieron esta actividad el domingo temprano porque los señores delincuentes aún andaban enfiestados, pero me concentré en la empresa encomendada y he aquí el resultado.
Más de 6 mil kilogramos de marihuana destruida y 15 imágenes que al día siguiente quizá encabezarían la plana del periódico donde laboro. Lo que aún no logro entender, como lección, es que en este trabajo no hay días de descanso.