sábado, 11 de agosto de 2012

Acerca del fútbol...

El fútbol, como las otras religiones, también tiene sus ateos. Hoy, tras el triunfo del seleccionado olímpico mexicano sobre Brasil, no faltaron aquellos que con críticas y comentarios mordaces, decían que no se debería embelesar uno con el triunfo, que era un distractor para olvidarse de lo que pasa en el país, que si la selección mexicana nos iba a pagar el nuevo gasolinazo y que esto, que el otro, etcétera.
Está bien, quizá mientras en otros países gritan libertad, revolución, justicia, democracia, aquí en México parece que lo único que gritamos es gooool!!!! Pero no por eso quita el buen sabor de boca que el equipo nacional haya ganado la medalla de oro en Londres, en Wembley, la llamada catedral del fútbol.
Quizá, esos ateos, esos críticos, antifuboleros, no se dan cuenta de lo que esto significa, parece que imbuidos por una paranoía, sólo observan el lado negativo de las cosas, en esta ocasión, de algo tan noble, a mi parecer, como fue la victoria en una competencia olímpica.
El fútbol ha unido a naciones, ciudades, ha parado guerras, y hoy, aquí en México nos ha hecho gritar de júbilo desde muy temprano, y para darles la razón a los críticos, sí, si es una válvula de escape, pero es válido no. Por qué no festejar en familia, con los niños, con desconocidos, adueñarse de las calles, sentirse contento por un momento, por una tarde, disfrutar de unas cervezas con la playera verde puesta, por qué no hacerlo. No sería congruente que la selección de fútbol mexicana ganara el oro en las olimpiadas y no hubiera festejo, que siguiéramos temerosos a salir, a no sonreír, a no gritar, que continuáramos auto secuestrándonos en nuestro hogar.
Pero hoy el Tri ganó y nos hizo olvidarnos por un momento de las cosas que amargan el país, nos hizo sonreír, gritar y respirar un poco de aire fresco después de fraudes electorales, después de más de 60 mil muertos, después de otro gasolinazo, o en esta ciudad, Zacatecas, respirar después de jornadas intensas de violencia, de más de 19 muertos en un día. Hoy se respiró ese aroma delicioso que dan los goles, que dan los triunfos, que dan el oro, hoy en nos sentimos en la gloria, en la cúspide del Olimpo.

Sí, si olvidamos por un momento lo padecemos día a día, corrupción, inseguridad, y miles de cosas nocivas a lo que lamentablemente ya estamos avezados. Si lo olvidamos porque es sano hacerlo, porque en un deporte, con once jugadores -que también son mexicanos y por ende sufren por lo mismo que todos-, hoy nos sentimos que somos los mejores. Este triunfo se da una vez cada cuatro años, todo lo que lastima a México es día a día.
Los ateos al Dios redondo dicen que esto no importa, que es más urgente lo que le sucede al país. Sí, coincido con ellos, pero viendo el fútbol como una metáfora de la vida, hoy formamos el jugador número 12 y en esa victoria sentimos que vencimos todo lo que nos aqueja en la semana, en los días, en los años que llevamos viviendo y en los que están por venir.
Respecto a esto dice el argentino Eduardo Sacheri "Hay quienes sostienen que el fútbol no tiene nada que ver con la vida del hombre, con sus cosas más esenciales.Desconozco cuánto sabe esa gente de la vida. Pero de algo estoy seguro, no saben nada de fútbol" Y puede ser cierto, porque lloverán las críticas a todos aquellos quienes festejamos con un grito el triunfo, pero es que los ateos, no saben lo que significa ganarle a Brasil en una final en Wembley.
Juan Villoro decía que a este país le hacían falta tres cosas: seguridad, justicia social y buenos delanteros. Por hoy podemos decir que le hacen falta y le urgen las dos primeras, de la tercera ya llegó Oribe Peralta.