domingo, 13 de noviembre de 2011

De mendicidad...

“Pasaste a mi lado/ con gran indiferencia/ tus ojos ni si quiera voltearon hacia mi” “Cien años” es la canción que en ocasiones, una mujer invidente que ronda la calle Ventura Salazar, canta mientras con una mano extendida pide limosna. Pudiera parecer que la canta a propósito debido a la indiferencia que puede mostrar la gente que camina cerca de ella y ninguna moneda obsequia.

La indiferencia hacia la mendicidad, se cree, ha crecido debido a su otra cara, pues es una secreto a voces que en muchos casos es un negocio con estrategias bien diseñadas para obtener ganancias que normalmente no se quedan en los bolsillos o en el fondo de los vasos de los mendigos.

En Zacatecas, sobre todo en el primer cuadro de la ciudad, se ha incrementado el número de personas que apostadas en puertas se dedican a pedir limosna, incluso llegando hasta contar una decena de mendigos en una sola cuadra. Muchas veces niños, otras adultos mayores, lo que si es que la indiferencia puede ser tanto del transeúnte como de los gobiernos que ningún programa parece que tiene para contrarrestar este, uno de los problemas sociales con más antigüedad.

Ante esta situación sólo queda hacerse dos cuestiones: ¿qué tiene que haber vivido esa gente para terminar en la mendicidad? Y ¿si es en realidad su única posibilidad para lograr la supervivencia o hay otras que no quiere o no sabe tomar?