martes, 15 de enero de 2008

La otra voz

Recoradrán que cuando recien abri este blog, puedieron leer un cuento dedicado a mi miserable persona, este es com una contenstación, no tan bonito como el que me hicieron pero hice el intento. Se los dejo.


REINVENCIÓN. OTRA VOZ

Para Lucia Bastia

No, la vida no es como en las películas, aunque Él cree que cada canción que escucha es el soundtrack de su escena y que todos los ven. Piensa en Ella cuando pone su favorita en el ajado tocacintas del coche y la imagina bailando a su lado o construyendo unas alas de cartón para su próxima travesía.
Ella camina todos los días por las mismas calles escuchando otra cantinela, y juntos a la distancia recuerdan su primera comida. Esa vez, una ensalada de nopales con queso panela, cilantro, salsa inglesa, arroz y pequeñas piezas de pollo.
En las entrañas de un monstruo Él busca su nombre en revistas, y la recuerda acostada en el piso con su cabeza sobre una almohada en forma de flor y su vista perdida en el cielo. Ella sonríe, se pone los tenis y se va.
Juntos han visto desfiles de colores fulgurantes, compartido cucharadas de nieve al pie de una puerta, contado estrellas en noches claras y han visto como los cigarros se consumen entre sus dedos.
Cuando Él se va, piensa en ella y le solicita palabras para un mundo feliz, Ella las escribe en un sobre de té sabor hierbabuena que Él guarda en su cartera para jamás olvidarlo, y cuando está frente al mar lo saca, lo lee y repite su nombre hasta el momento del ocaso.
Ella quiere viajar y se detiene, escribe cuentos de viajeros y algún día desea ser uno de sus personajes. Piensa en Él y le dedica uno.
Aunque la distancia sea larga y trazada con lápiz, saben que están ahí. Y Él querrá ir a recogerla a sus clases de canto y Ella lo invitará a soñar con nubes de algodón que se ven desde su ventana. Y quizá la vida no sea como en las películas y no terminen besándose de lado, pero un día caminarán por la misma acera otra vez y cuando se encuentren se fundirán en un abrazo y sus labios rozarán sus mejillas. Ella no le comerá sus ojos y le dirá “me gusta tu suéter”, Él le acariciará el cabello y le contestará “te ves bien de negro”. Luego se marchará cada quien por su lado y el timbre del teléfono arderá en la noche preguntando ¿qué es el destino?


Aljeorne

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